Tres elementos que facilitan la Flexibilidad en las organizaciones

Participaba de oyente en un webinar relacionado a la salvación de empresas en los tiempos de pandemia. Uno de los temas que me llamó la atención fue la importancia de la flexibilidad en las organizaciones, lo que me motivó a escribir este artículo.

La RAE define flexibilidad como “capacidad de ser flexible”, y flexible “ser susceptible de cambios o variaciones según las circunstancias o necesidades”; es decir, la flexibilidad es la capacidad de adaptarse a los cambios según las necesidades o circunstancias.

Leyendo esta definición no puedo dejar de imaginar al personaje de la Máscara, interpretado por Jim Carrey, al momento de ser abaleado y él tan graciosamente esquiva las balas y termina “ganando un Oscar”. Pues esa es la idea que debemos tener cuando hablamos de flexibilidad en las organizaciones, la capacidad de verse “sin salida” y ser tan flexibles para esquivar todas “las balas”.

Ahora bien, llevado este concepto al espacio empresarial, una empresa es flexible cuando se adapta rápidamente a los cambios y a las demandas que el entorno le exige. La flexibilidad es una de las características de las grandes organizaciones y de los grandes líderes organizacionales, aquellos que hicieron historia y de quienes solemos leer sus historias y biografías. 

Las organizaciones flexibles poseen la capacidad de adaptarse rápidamente y reinventarse si es necesario; tienen la capacidad de hacer frente a los retos que les presenta el presente y el futuro y la capacidad de dar respuesta inmediata a amenazas tangibles que requiere de la toma de decisiones rápidas por parte de sus líderes.

¿Qué hace que una organización pueda ser flexible? La respuesta involucra muchos aspectos de la organización. Para este artículo considero tres elementos, que desde mi mirada, deben ser considerados prioridad para favorecer la flexibilidad en las organizaciones, ellos son: Cultura organizacional, liderazgo y procesos.

  1. La cultura organizacional, que son las prácticas y creencias de las personas que labora en la organización, debe ser una cultura de cambio. Una cultura que se adapta rápidamente a los cambios y de forma creativa logra desarrollar soluciones, entendiendo que ellos se realizan para el bien de la organización y en beneficio de los stakeholders. Pero ¿qué sucede si la organización no cuenta hoy con una cultura de cambio? Pues, dado que el tiempo es muy corto, es el momento de implementar en la marcha, se debe liderar el cambio e implementarlo. 

    Este tiempo debe verse como una oportunidad y es el momento perfecto para que los colaboradores acepten con mayor prontitud esta nueva cultura. 

    Es muy probable que la organización desarrolle con más énfasis la digitalización, que es tan necesaria y tendencia para estos tiempos, y ello conlleve a grandes cambios culturales; por eso, es necesario que este tiempo sirva para sembrar todos aquellos aspectos culturales que favorezcan la adaptación que la organización está definiendo deben realizarse a futuro.

    Debo mencionar que una vez terminada la crisis, es indispensable desarrollar prácticas que permitan asentar esta nueva cultura.

  2. El liderazgo, ya que es a través de los líderes de la organización que se logra guiar y comprometer al personal para aceptar los nuevos retos y responder prontamente a ellos. Todo cambio que deba realizarse debe estar gestionado y liderado, es tiempo de que los líderes recobren la confianza de sus colaboradores, es tiempo de verdadero liderazgo con visión holística. Es momento para que los líderes tomen menos protagonismo y logren más trabajo en equipo, que hagan comprender que la organización tiene un propósito y alineen los objetivos organizacionales con los objetivos personales.

    Es en los tiempos de crisis cuando se ve a los verdaderos líderes.

  3. Los procesos, el diseño de ellos debe contemplar un plan de contingencia y flexibilidad para nuevos requerimientos. Es probable que la organización no los contempló al momento del diseño, pues hoy sólo queda adecuar los procesos a los nuevos requerimientos e ir ajustando en la operatividad. Es momento que los ingenieros adecúen y controlen los procesos de la organización mirando el entorno y apliquen la mejora continua, el ciclo de mejora continua (Planificar, Hacer, Controlar, Actuar) está más activo que nunca.

Considero que los tres elementos mencionados: cultura, liderazgo y procesos, fuertemente desarrollados, permitirán dar a la organización la flexibilidad que este tiempo le demanda y seguir desarrollándose con mayor potencial de crecimiento. Desde mi mirada, este tiempo está dado para tomar todas las oportunidades posibles.

Recuerda, aun en tiempos de crisis se pueden encontrar oportunidades, ve por ellas.

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Katia Lavado – CEO de Asciende Perú SAC
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